Cuando pensamos en bodas, muchas veces imaginamos celebraciones primaverales o veraniegas, pero ¿sabías que casarse en invierno tiene ventajas increíbles? Si estás planeando tu gran día, aquí te contamos por qué una boda en los meses más fríos del año puede ser una elección perfecta.
La mayoría de las bodas se celebran en primavera y verano, lo que hace que los lugares y proveedores estén más saturados. En invierno, encontrarás mayor disponibilidad en fincas, hoteles y restaurantes, ¡y a menudo con precios más bajos! Esto te permitirá acceder a locaciones de ensueño sin la competencia de otras parejas.
Las bodas invernales tienen un encanto especial. La luz tenue, la posibilidad de una decoración con velas, chimeneas encendidas y colores cálidos crean un ambiente único. Si hay nieve, el paisaje será aún más espectacular y perfecto para fotos inolvidables luciendo tu vestido de novia.
A diferencia de los meses más cálidos, en invierno no tendrás que preocuparte por el calor extremo o por los mosquitos. Además, los invitados suelen tener menos compromisos sociales en esta época, lo que facilita su asistencia a tu boda.
El invierno te da la oportunidad de lucir vestidos con mangas largas, capas de terciopelo o detalles en pedrería sin preocuparte por el calor. Puedes optar por telas más sofisticadas y combinarlas con accesorios como estolas o guantes, dándole un toque muy glamuroso a tu look.
Casarse en invierno es una opción que no solo tiene ventajas económicas, sino que también te brinda la posibilidad de tener una boda diferente, original y llena de encanto. Si estás considerando una boda invernal, en Francesca Marlop tenemos vestidos de novia de invierno perfectos para la ocasión.